Ser joven y ahorrar no es una tarea sencilla. En muchas ocasiones, no se lleva una contabilidad de los ingresos y egresos, por lo que administrar el dinero resulta más complicado y en consecuencia, ahorrar también. Cuando se está en la década de los 20 años es típico querer hacer de todo, se dispone del tiempo suficiente y de las energías. Sin embargo, hay algo esencial para poder llevar a cabo todos nuestros planes: el dinero, lo cual suele ser un factor limitante para muchos jóvenes. Claro está que a medida que vamos creciendo queremos independizarnos cada vez más, por ende, evitamos pedirle dinero a nuestros padres, aunque también deberíamos disminuir la cantidad de préstamos que le pedimos al banco. Para ello, existe una técnica muy sencilla que se puede aplicar a pesar de la inflación y el poco presupuesto del que dispongamos. Esta nos permitirá utilizar el dinero para consentirnos de vez en cuando, invertir, comprarle un detalle a alguien especial o simplemente para cubrir algún gasto imprevisto. La técnica se llama 50-30-20, ya que son las proporciones en las que se debe distribuir el capital, cada una con un fin distinto:
Este puede ser un buen método para comenzar a organizar las finanzas, si no lo has hecho antes nunca es tarde para empezar y conforme a los resultados puedes ir ajustando el presupuesto a tus necesidades, es un aspecto de nuestras vidas que requiere de “ensayo y error” para alcanzar nuestros objetivos, en este caso, ahorrar. Por: Ana Isabel Ramírez Fernández
|
CATEGORÍAS
Todos
Archivos
Septiembre 2020
|