Según la Asociación Americana de Psicología el estrés laboral puede afectar la salud física y emocional considerablemente cuando se vuelve crónico. Afortunadamente, también compartieron una lista de 7 puntos para poder evitarlo. Identificar el motivo del estrés: es recomendable llevar un diario por un par de semanas, anotando todas las circunstancias que experimentas, las personas que participan, las emociones que sientes y cómo reaccionas ante estas situaciones. De esta manera, podrás darte cuenta de cuál es el motivo de tu estrés y cómo reaccionas generalmente a este.
Desarrollar respuestas saludables: ante el estrés que experimentas, es importante encontrar una forma apropiada de canalizarlo. En lugar de afrontando comiendo alimentos poco beneficiosos o consumiendo alcohol, se debe buscar otras opciones más beneficiosas para tu salud tanto física como emocional. Una buena opción es el ejercicio, el yoga o realizar cualquier actividad extra que te alegre y motive. Límites: debes establecer límites entre el trabajo y tu vida privada para poder reducir el estrés laboral. Opciones para lograr esto son no llevarte trabajo a la casa, no revisar el correo electrónico o no aceptar llamadas fuera del horario de trabajo. Descansar: durante este tiempo en el que separas tu vida laboral de la personal, es importante que realices actividades con las cuales puedas descansar tu cuerpo y mente, para recuperarte y volver a tener un buen rendimiento. Relajarse: realiza actividades como la meditación o la respiración profunda para liberar el estrés. Hablar con tu jefe: entablar conversaciones con tu jefe puede ser muy beneficioso para tener una buena salud en el trabajo. La idea no realizar quejas, sino entablar una buena relación en la tu jefe pueda ser un agente de impulso e tu productividad y que se puedan controlar situaciones que te generan estrés. Conseguir apoyo: es importante y saludables conseguir ayuda de tus familiares y amigos para el control del estrés. Incluso puedes pedir apoyo en algún departamento de la compañía que se encargue del manejo de este tipo de situaciones. También es una buena idea pedir la ayuda de un psicólogo profesional. Por Rashael A. Morales Gómez |
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Septiembre 2020
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