Son estas consideraciones, comentadas en el último artículo, las que, cuando se contrastan con la realidad, demuestran el fracaso de Latinoamérica, además sirven como evidencia para constatar la incapacidad a la hora de conseguir una explicación del mismo. Debido a que, en su mayoría, las acciones latinoamericanas carecen, en diversas medidas, de valor científico. En este sentido, comenta Rangel (1976) que los enunciados latinoamericanos más perspicaces poseen, en mayor o menor cantidad, alteraciones que los adapten a las demandas de la sociedad, es decir, de un modo en el que Latinoamérica termine en mejor posición en comparación al mundo y Estados Unidos. De lo anteriormente expuesto se puede entender cómo el hemisferio sur es más sensible al momento de enaltecer a los que colaboraron con la construcción de falacias y menospreciar a aquellos que intentan hacer ver la realidad. Comenta Rangel (1976): “La verdad es demasiado desagradable, y por eso Latinoamérica es extremadamente vulnerable a las interpretaciones históricas y a los proyectos políticos construidos sobre la mentira, o que apela a la verdad solo a medias” (p. 120). Comenta Rangel (1976) que una forma de resaltar y dar explicación a las acciones latinoamericanas ha sido considerar que, por ser miembros del hemisferio del sur, se poseen características mágicas y divinas que sobrepasan cualquier victoria estadounidense, puesto que éstas serán concebidas como vacías y cargadas de suerte de codicia. No obstante, existen también quienes alaban en demasía a la barbarie por considerarla originaria y genuina a las raíces de la región. Este pensamiento latinoamericano, para Rangel, se encuentra expresado en los escritos de Rubén Darío, Ricardo Rojas, y José Vasconcelos. Este último manifestaba que el hemisferio del sur tenía una misión preestablecida, servir de nexo entre el Tercer Mundo y el primer. Posteriormente, conviene entonces hacer mención de la ideología que impera, según Rangel, en el continente. El supuesto teórico de Lenin acerca del imperialismo y la dependencia. El nivel de envergadura que ha tenido en el continente, para Rangel, se explica porque la misma otorga una solución, lo suficientemente contundente y gloriosa, el sentimiento de inferioridad persistente que existe en Latinoamérica hacia los Estados Unidos. Anteriormente se ha expresado que los escritos latinoamericanos han tratado de ocultar realidades con respecto al fracaso del hemisferio y el éxito contrapuesto de los Estados Unidos. Asimismo hay quienes han considerado que la victoria de la región del sur es de mayor importancia que la del norte, argumentando que no puede ser considerado triunfo uno en el que su base sea el materialismo. No obstante, faltaría observar que hay otra vertiente, en la que se manifiesta que el atraso y estancamiento en el Tercer Mundo de Latinoamérica, así como el nivel superlativo de crecimiento de los Estados Unidos, se debe al sistema capitalista. Lic. Sebastián Peláez Freites
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Septiembre 2020
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