
Sin embargo, en la última década lo que parecía un problema en vías de solucionarse comenzó a tener un auge importante, alcanzando picos en los últimos 3 años. Desde situaciones como rechazo hacia los inmigrantes sirios en Europa, hasta muertes de personas afroamericanas a manos de fuerzas policiales en Estados Unidos, el aumento de escenarios en los que se ve reflejada esta ideología es cada vez más evidente.
En el caso latinoamericano, pudiera pensarse que por la diversidad existente en las comunidades y la gran cantidad de mestizaje en la región no hay tanto racismo, sin embargo, este es un problema del cual no se escapa el cono sur.
En algunos países de Sudamérica la distinción racial sigue estando muy presente, conservando costumbres y creencias establecidas desde la época colonial.
El fuerte resurgimiento de este movimiento ideológico es algo que debería hacer reflexionar a las personas a nivel mundial, ya que es un problema generalizado y que ha estado destruyendo poco a poco los avances realizados en el área.
La comunidad internacional debería comenzar a cuestionarse cómo en el 2016, en una época marcada por la diplomacia, los movimientos por la integración y la tolerancia y la evolución del pensamiento, aun se sigue lidiando con los mismos problemas que se lidiaba desde antes de la edad media.