Científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) realizaron un estudio que sostiene que las personas que cometen algún crimen lo hacen con el deseo de cometer un bien. A esto lo denominaron Síndrome de Breaking Bad. Para quienes no estén familiarizados con Breaking Bad (2008-2013), es una serie estadounidense creada por Vince Gilligan que narra la historia de un profesor de química (Walter White) que al descubrir que sufre de un cáncer de pulmón no-operable decide dedicarse a producir y vender metanfetamina para asegurar el futuro económico de su familia una vez que él muera. Los antropólogos responsables de la investigación, Alan Page Fiske y Tage Shakti Rai, presentaron su teoría en un libro llamado “Violencia Virtuosa”, en el cual argumentan que los actos violentos “pueden parecer inaceptables para la mayoría de la sociedad, pero tienen sentido y son necesarios para quienes los ponen práctica”. Sostienen que los sujetos objeto de estudio y, en general, las personas que incumplen las leyes presentan características muy similares a aquellas vistas en el personaje de televisión Walter White (Bryan Cranston), mejor conocido por su pseudónimo como vendedor de metanfetamina, Heisenberg. Es decir, hacer el bien los motiva a realizar actos violentos. Después de estudiar a criminales de diferentes nacionalidades y culturas, sostienen que, exceptuando a los psicópatas (que representan un porcentaje muy pequeño de los actos violentos en cifras), hay personas que se sienten obligadas moralmente a infligir daño en otras. Es el caso, por ejemplo, de padres que le pegan a sus hijos porque creen que es lo mejor para la educación del infante. O para hacer que alguien pague por unas determinadas acciones. Si bien no necesariamente el punto de vista es compartido y estos actos pueden parecer horribles y repudiables, estos actos tienen sentido para las personas que los realizan. Aunque no necesariamente son siempre seres incomprendidos. Pueden no tener el apoyo de la mayoría o de las autoridades, pero sí de otras personas similares a ellas. Como es el caso de los miembros de una pandilla, que comparten una serie de valores y generalmente se fundamentan en el uso de la violencia. Page Fiske y Shakti Rai, esperan que su investigación haga reflexionar a las autoridades sobre cómo manejan los casos de violencia. Ya que consideran que la mejor manera de reinsertar a alguien en la sociedad es hacerle entender que sus convicciones morales son equivocadas y deben explicarles qué es lo correcto. Por: Amanda García Yanes
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Septiembre 2020
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