Para cualquier emprendedor, empresario o trabajador en general le resulta realmente difícil mantener un estilo de vida sano sobre todo cuando lleva una agenda muy ocupada. No hacer ejercicios puede afectar negativamente tu rendimiento laboral, es por eso que resulta imperante que todos inviertan algunas horas a la semana para cuidar de su condición física. Si te has visto afectado por tu trabajo y no has podido ejercitarte como antes, descubre aquí algunos consejos para que te mantengas en forma incluso con una agenda ocupada. Los beneficios de mantenerse en forma y siempre saludables son conocidos por todos, lo que si no saben es como sus carreras, trabajo o rutina diaria puede interponerse para que logren gozar de esos beneficios. Integrar a tu vida un régimen de ejercicio, básico para comenzar, pero eficiente, puede enriquecer no solo tu condición física, sino también mental. Si el estrés de tu día a día en la oficina te está resultando abrumador y no sabes cómo drenar todas esas malas energías para conseguir ser más productivo, la respuesta más obvia es sin dudas el ejercicio. Anímate a seguir los siguientes consejos y verás como conseguirás sacar tiempo de donde pensabas que no tenías para darle un giro de 180 grados a tu vida profesional y personal. Crea el hábito: para quienes no han hecho ejercicio ni una vez en su vida, pero saben muy bien que lo necesitan lo primero que deben hacer es deshacerse de los viejos hábitos y comenzar a crear nuevos. De ahora en adelante nada de trabajar extra sin necesidad, o de acostarte a dormir tarde por la noche para levantarte temprano en la mañana todo cansado; lo mejor es que sustituyas esas conductas por sus contrapartes, y así con cualquier otra que consideres no te deja desempañarte como quisieras. En el caso del ejercicio también tendrás que crearte un hábito, muchos expertos del área del fitness consideran que para mantener una rutina de ejercicio primero esta se debe practicar por unos 21 días seguidos. Esto significa que puedes comenzar a trotar mañana y no parar hasta cumplir con el tiempo estipulado y luego hacer una rutina intercalada si así lo deseas. Consulta con un experto: cuando te llegue el tiempo de hacer ejercicio tal vez lo mejor sea que lo hagas de la mano de un experto. La buena noticia sobre esto es que en los gimnasios abundan, todos dispuestos a ayudarte a conseguir tus objetivos, pero debes elegir a un consultor o entrenador adecuado. Inclínate por aquellos que tengas un historial más largo de casos similares al tuyo que hayan tenido éxito, y aléjate de esos otros que brindan promesas poco realistas; elije con objetividad y todo irá bien. Ve de forma gradual: en muchos casos el factor común que nos incita a ejercitarnos es otra persona que lo recomienda tan efusivamente que logra convencernos y eso está bien. Lo que no está bien es que quieras llevar el mismo ritmo que los demás teniendo en cuenta que probablemente no tengas la condición física necesaria. Entonces, ve de forma gradual en tu entrenamiento y elige una disciplina que se ajuste a tus necesidades y fuerza, luego con el tiempo podrás aventurarte a otras prácticas o agregarle mayor intensidad a las mismas. No te abrumes por el tiempo: sabemos que la excusa principal para no ejercitarse suele ser la falta de tiempo, y creemos tiene validez, pero solo cuando no se ha hecho hasta lo imposible por intentarlo. Ten en cuenta que no es obligatorio que te ejercites por las mañanas si necesitas llegar a tu trabajo muy temprano y vives muy lejos; la tarde es una tremenda opción también para entrenar, puede ayudarte a drenar las tensiones del día y conciliar una mejor noche de sueño. Evalúa tu horario y seguro encontrarás aunque sea media hora de tiempo libre. Por: José Gregorio Morales Ramos
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Abril 2021
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