
A partir de 1880, el 14 de julio ha sido el Día Nacional de Francia, pero no para celebrar la toma de la Bastilla en sí, sino para recordar la Fiesta de la Federación de 1790, cuya fecha coincidía a propósito y que celebraba la reconciliación y la unidad de todos los franceses.
Esta celebración es importante globalmente porque como se menciona anteriormente, fue el punto inicial de la Revolución Francesa, movimiento que le brindaría al resto del mundo los valores universales de la libertad, la igualdad y la fraternidad.
A raíz de este hecho histórico se inspiraron múltiples artistas, pensadores, filósofos, políticos, entre otros, para cambiar mediante sus obras las convenciones sociales de su época.
Uno de los artistas que mejor supo retratar lo que significó la toma de la Bastilla para la Revolución Francesa y para Francia en general fue Eugene Delacroix en su obra “La Libertad Guiando al Pueblo”. Esta es una de las más imponentes obras de arte existente, actualmente se encuentra expuesta en el museo de Louvre en París.
Igualmente el actual himno nacional de Francia, “La Marsellesa”, fue originariamente un canto de guerra revolucionario e himno a la libertad, que se había creado para subir la moral del ejército revolucionario francés que marchaba a la guerra hacia Austria, más específicamente hacia el Rhin.
De este modo, se puede ver que si bien mucha de la influencia de esta festividad es directamente hacia Francia, los valores que promueve, como la Libertad, son universales y especialmente importantes de rescatar en las actuales circunstancias mundiales.