El fenómeno del culto a los héroes ha estado presente a lo largo de la historia latinoamericana, más notoriamente después de las batallas de independencia. Aunque el origen del culto no se le puede atribuir exclusivamente a Venezuela, ya que también se encuentra en diversas sociedades del mundo contemporáneo; sin embargo, el uso indiscriminado, exacerbado y en ocasiones irresponsable, de dicho fenómeno durante distintas etapas de la historia de Venezuela, inclusive en el presente, ha sido una de las principales razones por la cual hemos elegido este tema de investigación. Dicho culto ha sido una parte importante de la construcción de la sociedad desde épocas que se remontan a las contiendas emancipadoras, y se ha mantenido en la conciencia colectiva desde entonces. Pero el culto a Bolívar es un caso particular, ya que al considerarse por muchos el padre de la patria, le otorga un carácter de singularidad e importancia que no poseen otros próceres de la Independencia. El uso del culto a la figura del Libertador, según numerosos autores, tiene sus inicios en 1842 con la repatriación de los restos de Simón Bolívar, durante el mandato de José Antonio Páez. Sin embargo, es Antonio Guzmán Blanco quien por primera vez hace un uso deliberado de este culto desde el poder político. Por esto, consideramos sumamente importante estudiar el periodo elegido (1879-1884), ya que representa el auge del culto a Bolívar durante el siglo XIX, y el cual marcó, sin lugar a dudas, la visión de toda una sociedad con respecto a una figura tan determinante como lo fue Simón Bolívar. En este sentido, según el propio Carrera Damas, es imposible dar un paso por la vida venezolana sin tropezar con la presencia de Bolívar. De este aspecto parte la razón de su estudio, que consideramos base conceptual dentro del presente trabajo de investigación, ya que el culto al Libertador, como lo considera Carrera Damas, por observación directa o indirecta de nuestra historia, forma parte importante del trasfondo ideológico de la sociedad. Asimismo, a la hora de tratar el culto a los héroes, es complicado fijar una fecha exacta de su origen. Sin embargo, los autores han estudiado el uso político del culto en términos de una formación vinculada de forma significativa con un contexto histórico, en relación a los modos de hacer, pensar y sentir de una determinada cultura. Por esta razón, Carrera Damas (2003) define el culto a Bolívar como una “formación histórica- ideológica que ha permitido proyectar los valores derivados de la figura del héroe sobre todos los aspectos de la vida de un pueblo” (Carrera Damas, 2003, p.19). En otras palabras, se trata de un procedimiento, en que los principios e ideales de una población, son denotados y resumidos en la figura del personaje heroico. Por consiguiente, dentro de este personaje se plasman una serie de imágenes simbólicas que reflejan los inicios de una sociedad, siendo estas nutridas día tras día. Lic. Sebastián Peláez Freites
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Septiembre 2020
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