El perfeccionamiento traza caminos rectos; pero los torcidos y sin perfeccionar son los caminos del Genio, planteó William Blake en sus Proverbios del Infierno para dejar claro que si la reiteración de nuestros hábitos es algo pragmático entonces el desviarse de tal repetición es algo innovador. Lo usual para todos nosotros es fiarnos sin chistar en nuestros métodos para afrontar los problemas, la presunción siendo que si éstos funcionaron antes entonces servirán siempre. Esta falacia de que la mejor aproximación es aquella que se nos ocurre primero es el objeto de disrupción de las llamadas oblique strategies o estrategias oblicuas. Estas estrategias son una técnica entre muchas otras para idear soluciones alternativas a un problema de cualquier naturaleza. Este sistema fue elaborado por el connotado músico Brian Eno y el pintor Peter Schmidt cuando éstos se percataron simultáneamente que la presión de sus labores les hacía ignorar formas más efectivas de trabajar. Tal circunstancia fue descrita por Brian Eno de la siguiente manera: si estás en pánico sueles tomar la aproximación más directa porque pareciese ser aquella que va a dar los mejores resultados, pero por supuesto, ese no suele ser el caso – es simplemente el método más obvio y -aparentemente- de confianza. Las estrategias oblicuas buscan generar un quiebre de los métodos que hemos interiorizado, y que por ende, utilizamos mecánicamente. Su táctica consiste en ofrecernos a través de un mazo de cartas (físico o digital) una serie de axiomas o frases que nos instiguen a formular ideas tal como lo hacemos en nuestro tiempo libre: dejando que la mente se ejercite y se expanda. Las únicas indicaciones respecto al uso de las cartas es que éstas pueden ser usadas en grupo (como conjunto de probabilidades continuamente revisadas por la mente) o sacando una sola carta del mazo revuelto cuando un dilema ocurra en una situación laboral. En el segundo caso debe confiarse en la carta aun si su relevancia no es clara. Las cartas no son el final ya que nuevas ideas se presentaran a sí mismas y otras se volverán evidentes. Como dijimos anteriormente estas estrategias son un gatillo entre varios para incentivar determinada forma de pensar, aquella que deviene de la intuición, la tangente y la periferia. Este proceso es aquel que el psicólogo maltés Edward Bono acuñó en 1967 con el nombre pensamiento lateral para hacer referencia a su elemento característico: el abandono del típico razonamiento estructurado. Con todos sus bemoles lo que las estrategias oblicuas hacen es ejercitar nuestro pensamiento lateral con una plataforma que nos permite analizar a los problemas de maneras múltiples. La vida contemporánea es una llena de retos y algunos de ellos van a requerir que nos sobrepasemos a nosotros mismos para poder resolverlos en tanto como dijo Edward Bono, la creatividad involucra romper patrones establecidos a los efectos de ver a las cosas de una manera diferente. Por Juan Carlos Rubio Vizcarrondo
Tw: @JohnMiss Ig: @jrvizca |
CATEGORÍAS
Todos
Archivos
Septiembre 2020
|