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Cuando hablamos sobre la evolución política de cualquier país, se hace indispensable el hecho de poner sobre la mesa el tema de las ideologías en las que los diferentes partidos se basaron y buscaron de imponer como sistema de gobierno.
Tanto el positivismo como la democracia han sido los dos movimientos más emblemáticos políticamente hablando en la Venezuela del Siglo XX. Una vez triunfada la Revolución Liberal Restauradora dirigida por Cipriano Castro, comienza a instaurarse la ideología conocida como la cuna de la sociología. El proyecto positivista no fue sino un movimiento con el que se buscaba de establecer un orden social en la época. Venezuela estaba siendo gobernada por caudillos y esto claramente no favorecía al crecimiento.
El positivismo como como un proyecto de gobierno consistió en una corriente filosófica que consideraba que la única verdad era la meramente científica, lo cuantificable, lo observable y comprobable a través de datos, estudios y resultados. A nivel político y social se cree que la historia es el conflicto entre la barbarie y la civilización, una lucha interminable entre cómo las sociedades han buscado erradicar su mayor problema, el pensamiento barbárico. Laureano Vallenilla Lanz, historiador, sociólogo y periodista venezolano, habló en su momento sobre un Gendarme necesario (cesarismo democrático), donde planteó que para restablecer el orden en toda sociedad es necesario tener mano dura ante todo y que esto sólo se podía lograr a través de un proyecto positivista. Gendarme necesario o cesarismo, es lo mismo; este nombre se obtiene de la imagen de Julio César, como emperador, autócrata y gobernante absoluto. “Los rasgos generales de cesarismo son la concentración del poder en una figura carismática que capta todos los anhelos populares”. Quizá un punto negativo de este pensamiento era que todo apuntaba a un gobierno estratocrático, es decir, uno liderado por militares. Muchos teóricos políticos, a través de análisis han llegado a la conclusión de que los militares no tienen por qué tomar las riendas ni las decisiones políticas de un país pues la milicia tiene una función muy específica para con la nación. Todos los extremos son malos, sin embargo, siempre es necesario evaluar cada uno de los escenarios en cuanto al orden socio-político se refiere. No todas las sociedades funcionarán con el mismo sistema ni con la misma ideología.
Por: Jesús Alfonso Hernández Herrera
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Abril 2021
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