El último año de secundaria trae consigo una serie de retos. Más allá de los preparativos propios de la graduación, los jóvenes se presentan ante dos decisiones cruciales que pueden definir en gran medida su futuro: qué carrera estudiar y en qué institución hacerlo. Por ello, es fundamental asesorarse de la mejor manera para salir avante de estos grandes desafíos.
Antes de siquiera pensar en la universidad es necesario comenzar con lo básico: definir lo que deseas hacer. Elegir una profesión es un proceso delicado puesto que esta decisión impactará en la felicidad y prosperidad que tendrás en tu vida futura. Es una decisión muy personal que debes tomar en tu intimidad en la que tienes que considerar tus intereses, pasiones, habilidades y destrezas, ya que el equilibrio entre estas dimensiones te permitirá sentirte cómodo al ejercer tu carrera. En este aspecto, puedes escuchar opiniones de tus padres, familiares y amigos, pero debes recordar que la elección final sólo te corresponde a ti.
Responder esta interrogante te llevará directamente al segundo reto: la elección de la universidad. En tu país, incluso en tu propia ciudad, puede existir una amplia gama de instituciones que considerar; sin embargo, al definir la carrera que estudiaras puedes analizar con mejor atino las opciones que se te presenten puesto que no todas las universidades ofrecen la misma oferta educativa, con lo cual puedes generar una preselección. Ya con las instituciones candidatas es necesario proceder a considerarlas frente a un conjunto de aspectos tanto académicos como presupuestarios, como lo son: el programa curricular, las actividades extracurriculares, grupos estudiantiles, servicios en el campus, el costo de la matrícula, la ubicación, opciones de transporte, becas y financiamiento, entre otros. Al decantarte por una alternativa, solo te enfrentarás a un reto más que superar para adéntrate de lleno al mundo universitario: la prueba de admisión.
Por Jorge Toro
@Otrojorgetoro |
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Abril 2021
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