Nacido en Guardiagrele, Italia, el 28 de octubre de 1938, Naccarella dedicó su vida al arte y escogió a Venezuela como residencia. Sus estudios en artes plásticas los realizó en la Scuola Comunale y en la Scuola di Avviamento Professionale de Guardiagrele. Al ver el trabajo de su hermano, Domenico, quien se desarrollaba en la realización de obras con hierro forjado.
Al llegar a Venezuela, residenciado en Petare, donde conoció a artistas como Bárbaro Rivas, Jacobo Borges y Alirio Palacios, estudió en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas Cristóbal Rojas de Caracas. Finalmente, se residencia en Barquisimeto. El artista, caracterizado por su empleo de técnicas, materiales y objetos con una increíble creatividad, disfrutaba realizar sus obras con materiales reciclados. Abordando temas naturales, más concretamente animales, con colores y formas que asemejan un sueño. “Lo que yo hago en realidad no es reciclaje, es alquimia. Soy un alquimista, sin falsas modestias. Combino lo barroco con lo industrial y obtengo lo que espero. Hago cosas utópicas, no me arrepiento de hacerlo y de serlo, porque soy feliz con mis utopías. Los híbridos son parte de mis sueños, me gusta ver a las jirafas volando por el aire, o a los pájaros arrastrarse como culebras. Aquí todo eso se hace posible”, afirmaba el artista. Naccarella trabajó como instructor de pintura infantil en el antiguo CONAC y como Profesor de Artes Gráficas en la Escuela de Artes Visuales Rafael Monasterios de Maracay, estado Aragua. Además de participar en proyectos como la creación de murales infantiles alrededor del país en la década de los 60 y participar como asesor en proyectos internacionales como el “Festival de Esculturas de Arena” celebrado en Acapulco, México, en 1979 por el Día del niño. Elio Naccarella falleció el 1 de marzo de 2014. Por Rashael A. Morales Gómez |
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Septiembre 2020
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