Las películas bélicas pueden no ser las favoritas de las audiencias populares. Esto muchas veces se debe gracias a las enormes cantidades de violencia que pueden llegar a consumir en dos horas de metraje. Pese a todo esto, dentro del mundo cinematográfico tenemos muchas piezas de este estilo que logran contar y mostrar lo más humano o inhumano que puede llegar a ser una persona. Con Hacksaw Ridge o Hasta el último hombre, como se le llamó en Latinoamérica, tenemos exactamente esto, una película que te cuenta que, pese a estar bajo un enorme infierno de balas, fuegos, gritos y sangre, el lado humano y cálido de toda persona puede relucir por sobre todo esto. Hacksaw Ridge narra la historia de DesmondDoss, un joven médico militar que participó en la batalla de Okinawa, en el Pacífico durante la II Guerra Mundial, y se convirtió en el primer objetor de conciencia en la historia estadounidense en recibir la Medalla de Honor del Congreso. Amantes del cine, les tengo buenas noticias, ¡Mel Gibson está de vuelta y entra por la puerta grande! Mucho se le podrá criticar a Gibson por su carácter un tanto hipócrita de lo que cree y profesa en comparación a lo que verdaderamente refleja dentro de la sociedad, esto no se niega. Sin embargo, ¡wow! Este hombre sí que sabe cómo contar una historia –fíjese referencia a un capítulo de South Park- Sin duda alguna este es uno de los mejores papeles que tendrá Andrew Garfield en su trayectoria como actor. La humanidad plasmada en su personaje, así como el dolor que refleja en su mirada y timbre de su voz, sumergiéndose en una sociedad paradójica que lo enjuicia en un principio por no querer asesinar a otras personas. ¡Fuerte, enigmática, feroz, decisiva! Así fue la actuación de este joven talento británico – estadounidense. Tenemos una película muy bien estructurada en sus tres actos. En el primero nos hablan sobre la vida de Desmond, quién es, qué quiere en la vida, en qué cree y por qué lo cree. También explican con algunas escenas claves sus motivaciones a no querer tocar nunca un arma de juego. Simplemente, magnífico. En el segundo acto nos adentramos a la Academia Militar, lugar donde se las verá muy acuestas por su forma de ser y pensar, acusándolo de creerse superior a los demás, hasta que por fin, todo se soluciona y se le permite ir al campo de batalla. De los mejores tercer actos de todos. Pasamos de una fotografía cálida, pastel y alegre a un infierno terrenal, gris y mórbido. La cruda y bizarra realidad de lo que fue la Segunda Guerra Mundial o al menos esta batalla en Okinawa, Japón. Cabe aclarar lo siguiente: disfrutarán mucho más la película si se ubican en el espacio temporal y contexto social de los hechos. Los prejuicios de la época, la relación entre el cristianismo y la sociedad, la enorme crueldad inhumana plagada en el holocausto y propagada por todo el mundo sembrando un terror irrepetible, añadiendo a su vez la falta de fe del hombre por la vida humana. En conclusión, Mel Gibson nos ha regalado otra joya cinematográfica, luciéndose acreedora de seis nominaciones a los Premios Oscar 2017. Un filme que nos recuerda que, a pesar de encontrarnos sumergidos en un infierno inmoral e inhumano, la fe, la determinación y el bien común pueden vencer cualquier mal terrenal. Puntuación final: 9,5/10 Por: Jesús Alfonso Hernández Herrera
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Septiembre 2020
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