Con más de 5.000 años de antigüedad, la Ciudad de Caral es considerada la civilización más antigua de todo el continente americano. Caral es un sitio arqueológico de 626 hectáreas que está ubicado en el distrito Supe de Perú, a 182 kilómetros al norte de la ciudad de Lima. Debido a su legado histórico y cultural, la Sagrada Ciudad de Caral fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en el 2009, y es uno de los sitios turísticos más emblemáticos del Perú.
Caral representa el inicio de la civilización americana. A pesar de su antigüedad, el sitio fue descubierto recientemente. El primero que reportó la existencia de Caral, fue el viajero estadounidense, Paul Kosok, quien visitó el Valle de Supe en 1949, y escribió sobre el mismo en su libro “Life, Land and Water in Ancient Peru" (1965). Sin precisar su antigüedad, consideró que Chupacigarro (como también se le conoce a Caral) debía ser realmente antiguo.
No fue hasta 1975 que el arquitecto peruano Carlos Williams detalló la mayoría de los sitios arqueológicos del Valle de Supe, haciendo hincapié en el desarrollo arquitectónico existente en los Andes. En 1994, Ruth Shady recorrió el valle de Supe y localizó 18 sitios arqueológicos con las mismas características, entre ellos Caral. En su libro “La Ciudad Sagrada de Caral-Supe en los albores de la civilización en el Perú”, Shady considera que Caral fue creada antes de la cerámica. Caral es comparable a las civilizaciones de Egipto o de China Caral cambia los esquemas que se tenían acerca de la antigüedad de la civilización americana, tras haberse comprobado que tiene una antigüedad de 5000 años. Antes de su descubrimiento, se consideraba que el sitio más antiguo era Chavín de Huántar, también en Perú, con un máximo de 3.200 años (1200 a.C.). Por ello, puede afirmarse que la cultura Caral es contemporánea a otras grandes culturas como la de Egipto, China o India. Sin embargo, la diferencia es que la cultural Caral se desarrolló en aislamiento. Caral creció estrechamente relacionada a Áspero, situado en el litoral cerca de la desembocadura del Río Supe. De acuerdo a estudios, Áspero era la ciudad pesquera de Caral. Otros de los asentamientos localizados en Supe, y cuya dinámica dependía en parte de la civilización Caral, son los sitios de Miraya, Lurihuasi, Allpacoto, entre otros. No obstante, Caral es claramente el más imponente de ellos. El desarrollo de Caral se dio a lo largo de un período de casi mil años, en el que se construyeron y reconstruyeron edificaciones. Aproximadamente, entre el 2.200 y el 2100 a.C., Caral pierde su importancia mientras se desarrolla otro asentamiento llamado Era de Pando, mucho más grande que Caral. Paulatinamente, esta antigua cuidad fue abandonada. Los arqueólogos no han determinado las causas de su abandono; sin embargo, consideran que su población pudo haber sufrido los estragos de eventos naturales. La ciudad Sagrada y su legado Caral es considerada una ciudad por su gran número de edificaciones, avance arquitectónico y organización. Tenía edificios con distintas funciones, incluyendo las ceremoniales y administrativas, que permanecen relativamente intactos debido a su abandono y tardío descubrimiento. A su vez, es considerada una ciudad sagrada, pues en la misma se evidencia que la religiosidad era un factor importante de su civilización y que el gobierno central usaba este elemento para fortalecer la cohesión; especialmente porque existía una marcada jerarquía social, donde cada una de las clases cumplía una determinada función. Los grupos de mayor importancia social eran los gobernantes y sacerdotes. Se considera que Caral tenía una población de 1.000 a 3.000 personas aproximadamente. Caral constaba con 2 zonas, la central y la periférica. La primera tenía 32 estructuras públicas y varios conjuntos residenciales, incluyendo plazas y 6 pirámides. Era la zona donde vivían las clases de mayor importancia. La zona periférica consistía de viviendas y talleres de trabajo. Las dimensiones de las estructuras en la periferia eran mucho menores que en el núcleo. Si bien Caral no fue reconocida hasta hace poco como una cuna de la civilización, es indudable su influencia en las civilizaciones que le siguieron, sobre todo en los Andes. En Caral, la población disfrutaba de la música lo que se evidencia en los distintos instrumentos musicales que se han encontrado. Igualmente, se descubrió que tenía un gran desarrollo textil con el hallazgo de semillas y motas de algodón de diversas tonalidades. Asimismo, cabe destacar su desarrollo político y su ferviente religiosidad que le permitieron ser un pueblo pacífico (no se han encontrado restos de armas en el sitio) y el punto de mayor importancia económica entre los asentamientos regionales existentes hace 5000 años.
Por: Fernanda Guanipa
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Septiembre 2020
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