En la vida de toda persona llega un momento en el que se encuentra con la palabra “procrastinar”, ya sea a través de menciones de terceros, o experimentándola en carne propia, todos la llegamos a conocer de alguna manera, pero ¿realmente sabemos qué significa? Procrastinar consiste en posponer hasta el último momento deberes o actividades que deben realizarse, y sustituirlas en el momento por actividades más agradables y generalmente menos importantes. Este es un fenómeno que a pesar de ser universal, afecta principalmente a estudiantes universitarios. Algunas de las principales causas por las cuales se procrastina son, el principio clásico del placer, o la tendencia humana a buscar el placer y evitar el dolor (es por esto que la procrastinación se hace más frecuente cuando se trata de tareas desagradables o impuestas), el miedo al fracaso, el perfeccionismo y la ansiedad. Sin embargo, esta última depende más de la personalidad de cada persona, ya que de acuerdo a Piers Steele (2009) mientras menos impulsivo sea el individuo, más tarde comenzará su tarea. Ahora bien, una vez identificado el problema y las causas, es momento de identificar posibles soluciones que permitan a quienes las implementen tener un mejor manejo de su tiempo y mejorar su rendimiento. Una manera de intentar ganarle a la procrastinación es no pensar negativamente acerca de la tarea que se debe realizar, de este modo se evitan desmotivaciones. Otra manera de intentarlo, es pensar en los beneficios que se obtienen a corto y a largo plazo al hacer esa tarea y los perjuicios de no hacerla. De igual manera, una buena opción es eliminar las distracciones cuando llegue el momento de realizar la tarea, es decir, evitar tener abiertas las redes sociales, revisar el teléfono o ver televisión mientras se hace. Por último, lo único que queda por hacer es comenzar, una vez dado el primer paso resultará más fácil continuar y culminar la tarea. Por: Sandra Ramírez Párima
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Septiembre 2020
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