Ya han pasado más de 100 años desde aquella tregua de Navidad que paralizó la Primera Guerra Mundial. Alemanes e Ingleses dejaron sus trincheras para compartir, cantar, comer juntos, desearse una feliz navidad y por supuesto, para jugar futbol. Fue algo insólito que demuestra que el espíritu navideño es capaz de unir enemigos y de desafiar las reglas del juego dictadas desde las altas esferas del poder.
El 28 de julio de 1914 oficialmente se da inicio a una de las guerras más cruentas de la historia con artefactos, técnicas y tecnologías letales nunca antes usadas, como lo fueron el gas venenoso, los vehículos blindados y los aviones de guerra. Esta guerra de trincheras dejó de 9 a 10 millones de muertos aproximadamente, ocasionando un desequilibrio demográfico y económico importante en muchos de los países que tomaron parte en el conflicto.
¿Qué fue la Tregua de Navidad? Sin embargo, entre todas las bombas, el desespero, las muertes y la crítica situación sociopolítica europea existente en ese momento, hubo un momento de conciliación entre las líneas enemigas. Este momento ocurrió durante la primera Navidad de la guerra. El 24 de diciembre de 1914, las tropas alemanas – lejos de casa – decidieron continuar sus costumbres navideñas decorando con velas y árboles de navidad el área cercana a sus trincheras en Ypres, Bélgica. Luego empezaron a cantar villancicos en alemán, en especial “Noche de Paz”. Al escuchar esto, los británicos al otro lado del campo, respondieron con la misma canción en su lengua natal. Poco después, los soldados de ambos bandos se atrevieron a cruzar tierra de nadie para saludarse y darse buenos deseos. Intercambiaron comida, cigarros, bebidas alcohólicas y hasta prendas como botones y sombreros. La artillería paró e incluso se hicieron entierros y ceremonias para las víctimas en ambos bandos. Ingleses y alemanes leyeron el Salmo 23 juntos. Sin duda, una de las cosas más emblemáticas de esta tregua que paralizó por un momento la Primera Guerra Mundial, fueron los pacíficos partidos de futbol entre los bandos enemigos. Aunque no hay claridad en cuanto al resultado del partido, este ha sido expuesto como un emblema de fraternidad. El 17 de diciembre del 2014 en Ypres, la UEFA invitó a los representantes de los gobiernos de Alemania, Bélgica, Reino Unido , Francia, Irlanda e Italia para conmemorar el centenario de la Tregua de Navidad. De igual forma, muchas esculturas se han levantado para conmemorar este acontecimiento histórico. Un evento único La tregua de Navidad se propagó a otros campos de batalla. Aunque en la mayoría de estos sitios esta fue una tregua de una noche, en otros se extendió hasta el año nuevo. En algunos lugares, la noticia fue criticada o incluso censurada. Esta tregua fue sin duda una sorpresa para ambos bandos. El alto mando militar de las facciones no estaba dispuesto a permitir que un evento así volviese a pasar durante el resto de la guerra, y prohibieron fraternizar con el enemigo incluso en navidades. En 1915, las líneas enemigas lograron un cese de fuego durante la Navidad en algunos lugares. Ya para la Navidad de 1916, la guerra se había recrudecido a tal punto, que ni siquiera los soldados estaban dispuestos a estrechar manos con el enemigo en la época decembrina. La Tregua de Navidad, sin embargo, es un evento durante la también llamada Gran Guerra que demuestra que la navidad puede unir a hombres de distinta cultura, idioma o ideología; y que incluso a pesar de las adversidades, siempre hay algo que compartir y por lo cual celebrar, porque la humanidad nos une más que lo que nos separan nuestras fronteras.
Por: Fernanda Guanipa
Ig: @mafernandaguanipa Twitter: @FernandaGuanipa |
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Abril 2021
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