Uno de los regalos más privilegiados que ha podido obsequiarnos la vida es, sin duda alguna, el amor. El sentimiento más fuerte de todos e incluso, quizás, el más complicado, ya que la gran toma de decisiones podamos realizar va a girar en torno a él. Pasiones, metas, gustos, sueños, proyectos, familia, pareja, amistad, entre otros. Por otro lado tenemos un tema tópico muy importante en la actualidad, manejado sobre todo en el área del emprendimiento, psicología afectiva y las distintas especializaciones de esta última como el coaching o el terapismo. Me refiero al denominado proyecto de vida, que no es sino la estructuración de las metas de corto, mediano y largo plazo que irás realizando en la medida de que vayas creciendo como persona y como profesional. Un proyecto es un plan que se idea para poderlo realizar. Un proyecto de vida se refiere a la definición de un plan de lo que se desea hacer en la vida. Por supuesto, llevar a cabo un proyecto de vida, como cualquier otro en general, requiere cumplir ciertos pasos, realizarse constantemente autoevaluaciones y chequeos personales, así como determinación, resiliencia, entre otros. Ahora, es muy importante entender a su vez lo que pareja realmente significa. Cuando tocamos este término, no sólo se habla sobre la unión de dos personas que se expresan sentimientos y un amor mutuo, claro, todo esto va a depender en cuál etapa de la vida se encuentren. Sin embargo, cuando la edad y/o el momento decisivo de emprender un camino se avecina, es importante tener bien en claro que, al vivir en pareja, es vital tener un proyecto de vida en conjunto así como también cada uno por separado. ¿Por qué? Esto es un tópico que se toca mucho en las sesiones de terapias de pareja. Cuando uno de los integrantes de la pareja no posee su propio proyecto de vida, comienza a vivir el de su compañera o compañero, poco a poco esto puede tornarse en una relación tóxica. Una de las vías más sanas para preparar un proyecto de vida en pareja es el de sentarse y ser sinceros el uno al otro para así comenzar la ronda de preguntas: ¿qué queremos lograr como pareja? ¿Cuáles son nuestras metas? ¿Dónde nos visualizamos de aquí a unos 5 o 10 años? ¿Queremos ser padres en algún momento? ¿Viajar? Y así sucesivamente. Una vez cumplida esta tarea, se debe comenzar a realizar la lista de cosas por hacer, dividida en pasos a seguir, fechas, lugares y herramientas que puedan ayudar a que todo esto vaya tomando forma como un proyecto sano y sólido. Las dificultades que nos podemos encontrar a la hora de plantear un proyecto común son: el miedo al compromiso; por ejemplo por encontrarse uno de los dos miembros de la pareja en un nivel personal diferente al otro. La dificultad de no saber casar los proyectos personales de ambos y la incapacidad para priorizar, puede ser otro obstáculo; para ello serán necesarias grandes dosis de conversación y negociación donde se busque un equilibrio entre los intereses personales y los intereses comunes de la pareja. Así que sin miedo alguno, emprende un camino propio pero al mismo tiempo con tu pareja, aquella persona con la que compartirás un proyecto de vida y muchísimas cosas más. Por: Jesús Alfonso Hernández Herrera
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Septiembre 2020
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