Dicen que para encontrar a un asesino solo debes encontrar su motivación, pero ¿qué pasa si ésta es incomprensible para nosotros? Tal cuestión constituye el centro de Mindhunter, la nueva serie de Netflix estrenada el 13 de octubre de 2017, dirigida por David Fincher y protagonizada por Jonathan Groff y Holt McCallany.
Ambientada en Estados Unidos en 1977, la serie sigue a los agentes del FBI Holden Ford y Bill Tench en su exploración de la mente criminal. Más allá de plantear una fijación mórbida con los psicópatas y el porqué hacen lo que hacen, Mindhunter grafica cómo la interacción con este tipo de sujetos afecta la propia psique de aquellos llamados a estudiarlos.
La trama de la primera temporada avanza mediante los logros y errores de Holden, el agente que promueve el estudio de los asesinos seriales; junto al conflicto que sus ideas innovadoras suponen en un entorno resistente al cambio. Holden nos es presentado como un fiel representante del brío juvenil, es irreverente, curioso, entusiasta, y a su vez, impulsivo e irresponsable. En tal sentido, su pasión por querer comprender a los homicidas es lo que hala a su entorno a indagar en territorios desconocidos. Por su parte, Bill, el agente experimentado; sirve de contrapeso a Holden, al ser ecuánime y practico. La relación entre ellos es otra de las fortalezas del show, es dinámica, complementaria y muestra a plenitud los rasgos personales de cada uno. De hecho, para este autor; su nexo tiene ciertas similitudes con la de Dédalo y su hijo Ícaro en el mito griego: ¿Qué sería Mindhunter sin los asesinos seriales sometidos a entrevistas? Probablemente casi nada. Éstos se roban el espectáculo cada vez que aparecen y el esfuerzo que sus actores han hecho es increíble. Hay que recordar que la totalidad de los asesinos presentados en el programa existieron en la realidad, por lo que algunos están muertos y otros siguen vivos hoy por hoy. La audiencia puede fácilmente comparar a las interpretaciones de Ed Kemper, Jerry Brudos y Richard Speck con videos de los originales en YouTube. Como se dijo al principio, la serie retroalimenta su narrativa vía la relación generada entre los asesinos y los protagonistas. Esta conexión lleva a cosas positivas, como la aprehensión de nuevos homicidas y el avance en psicología criminal; pero a un gran costo: quiebres en relaciones románticas, alienación en el contexto familiar, desarraigo, stress, ansiedad, entre muchas otras cosas. Este difícil balance entre los méritos del estudio y sus consecuencias imprevistas son lo más humano en Mindhunter, pues demuestran lo fácil que es perderse a uno mismo en nombre de un fin mayor. Si regresamos a la comparación con el mito de Dédalo e Ícaro, la serie deja la interrogante ¿qué pasa después de que se ha volado tan cerca del sol? Si nos tornamos filosóficos, ésta afirma en palabras de Friedrich Nietzsche: cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti. Por Juan Carlos Rubio Vizcarrondo Tw: @JohnMiss Ig: @jrvizca |
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Septiembre 2020
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