
Llegó sin previo aviso y con cero expectativas, pero terminó logrando que todos los espectadores se aferraran a sus butacas durante todo el metraje gracias al suspenso que se cosecha desde el primer acto de la historia. Sin duda alguna una excelente apuesta para los amantes del miedo psicológico y de las películas perfectas para ver con todas las luces apagadas en una noche de lluvia tormentosa.
La película narra la historia de unos jóvenes ladrones quienes creen haber encontrado la oportunidad de cometer el robo perfecto. Su objetivo será un ciego solitario, poseedor de millones de dólares ocultos. Pero tan pronto como entran en su casa serán conscientes de su error, pues se encontrarán atrapados y luchando por sobrevivir contra un psicópata con sus propios y temibles secretos.
Como toda película, ésta tiene sus ligeros fallos dentro del guion y enormes errores en el departamento de fotografía, pero no dejen que esto los deje subestimar a la historia pues, en mi humilde opinión, es una excelente trama bien consolidada y construida en sus tres casi perfectos actos.
Los puntos de giro están muy bien definidos y ayudan a que el espectador de pregunte constantemente así mismo “Dios, ahora ¿cómo van a salirse de esta?”. Protagonistas cuyas motivaciones son sencillas, clichés pero caen como anillo al dedo para todos los acontecimientos que ocurren durante la hora y media de película.
Algo que también se tiene que mencionar y recalcar bien en alto es el villano/antihéroe de la cinta, es decir, el viejo dueño de la casa irrumpida por los protagonistas. Un militar retirado quien prestó sus servicios en la guerra de Irak y que además, quedó completamente ciego luego de una explosión cercana a él de una granada.
El código moral de un militar estadounidense, mezclado con unos traumas de venganza por las injusticias del sistema judicial de su nación y claro, agregando las habilidades de todo entrenamiento de la milicia, logrará crear en el personaje unos arquetipos que son perfectos para la historia en cuestión.
No Respires le hace honor a su nombre pues, en más de una ocasión te taparás la boca desde tu butaca para no emitir ningún minúsculo ruido en el momento de mayor tensión. Tan sólo imagina jugar a las escondidas con un ex militar, maestro en el combate cuerpo a cuerpo y de paso, con serios problemas psicológicos, realmente no querrás estar en la posición de los protagonistas.
Claustrofobia, miedo, suspenso y mucho más podrás sentir viendo No Respires.
Puntuación final 8/10.