Para llegar a la conexión entre las referidas artes es necesario que elaboremos brevemente tres aspectos: los orígenes históricos de su relación, el reconocimiento de sus diferencias y el reconocimiento de sus similitudes. Estos elementos nos describirán el panorama completo de cómo lo que hemos separado se toca a pesar de todo.
- Los orígenes históricos de su relación: la clave en este punto lo podemos encontrar en la palabra lírica al entenderla bajo su primera acepción conforme a la RAE, aquello perteneciente o relativo a la lira, a la poesía apropiada para el canto; ya que tal definición nos devela con inmediatez la hermandad de la poesía y la música en la antigüedad. En principio las escisiones entre estas artes eran prácticamente inexistentes, Lewis Rowell especifica que la música unía en su seno a lo corporal (danza), a lo lingüístico (poesía) y a la especulación cósmica (espíritu) pero siempre bajo la tesis de que música existía en servicio del verso. Por esta subordinación a un verso con vocación oral, como ahondaremos luego; es que existe un elemento de conexidad entre los elementos estructurales de la poesía y la música.
- El reconocimiento de sus diferencias: las diferencias entre estas artes yacen fundamentalmente en el límite de las posibilidades expresivas de cada una, con esto se hace referencia a que la poesía es condicionada por la palabra, entendida como la conjunción de una forma fonética que tiene un efecto instrumental y una forma semántica que tiene un efecto intelectual; mientras que la música es moldeada por el puro sonido. Si entendemos a la palabra y al sonido como especies distintas de materia prima es que denotamos la mayor cantidad de contrastes: la poesía no goza del nivel de inmediatez en la transmisión de emociones que tiene la música, el sistema rítmico musical es mucho más estricto y elaborado que el de la poesía, los sonidos poéticos se deslizan en intervalos irregulares mientras que los tonos musicales se mueven en intervalos proporcionales, etcétera.
- El reconocimiento de las similitudes: las similitudes podemos puntualizarlas de manera transversal en que las palabras debido a su componente fonético también son sonidos y que ambas la poesía y la música se sustentan en estructuras lógicas. Como se asomó en el primer punto, debido a sus orígenes históricos ambas artes son modos de expresión que parten de la comunicación auditiva y que obedecen a formas métricas que se han forjado a través de sus interacciones. En tal sentido tanto la poesía como la música son artes con consciencia de ritmo que se desenvuelven mediante estructuras, la primera se divide en versos o párrafos constantes de palabras y la segunda se divide secciones que a su vez se subdividen en periodos constantes de sonidos.
A lo largo del desarrollo de este artículo hemos logrado unir a lo que ha sido aislado, hecho que se ha traducido en el reencuentro entre dos artes que llenan nuestras vidas. Si algo queda por decir sobre la relación entre poesía y música mejor que lo diga Octavio Paz: todo se corresponde por que todo es ritmo.
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