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Dentro de una empresa son muchas las cosas que pueden cambiar con el paso del tiempo: las líneas de negocios, los planes de mercadeo, la imagen, entre otros aspectos que varían conforme vaya avanzando la tecnología y modificándose las necesidades del cliente.
Sin embargo, la misión y visión es algo que debería permanecer siempre igual.
Tener estos conceptos bien definidos ayuda a crear una verdadera identidad corporativa, lo cual a su vez genera sentido de pertenencia con la marca y permite tener un objetivo claro de lo que se quiere lograr en la empresa; en función a esto, se pueden planificar mejores proyectos. Ambas descripciones deben redactarse de forma clara y concisa, de manera que expresen el porqué y para qué de la empresa. Asimismo, es importante que los valores y el sentido de cultura organizacional estén precisados. En la medida que la compañía se afiance a sus objetivos y tenga siempre en cuenta a su target, el nivel de engagement con el cliente será cada vez mayor. Además, esto les permite a los mismos trabajadores de la empresa identificarse y, en consecuencia, sentirse más a gusto con lo que hacen. Por otro lado, determinar los valores, misión y visión de una empresa también puede ser de mucha ayuda al momento de reclutar personal, ya que se pueden hacer comparaciones entre el perfil del empleado y los objetivos de la empresa, evaluar qué tan correspondidos están el uno con el otro y, en función de ello, escoger al candidato que mejor se adecue a los principios y necesidades de la organización.
Por: Ana Isabel Ramírez Fernández
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Septiembre 2020
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