Si se decide realizar un análisis del positivismo habría que manifestar en primer lugar la definición del mismo. Siendo las más importantes las que se comentarán en este escrito. Importante también expresar que no se ahondará mucho en este punto debido a que no es el tema principal que se busca tratar en el trabajo. Ante todo debemos destacar el hecho de que el positivismo no es un término nacido de la cultura venezolana, sino en cambio, es una corriente de pensamiento naciente de la epistemología francesa y tiene como precursores a Auguste Comte y a John Stuart Mill. Por ende es importante mencionarlas. Comte observó el requerimiento de una filosofía que aplique la ciencia para lograr complementar las carencias existentes en la sociedad, formando una nueva cuya base estuviera en un culto a la razón. Esto solo podría lograrse avanzando por diferentes etapas, para explicar las mismas, Comte desarrolló lo que se conoce como la ‘teoría de los estadios’, esta manifiesta que las sociedades han de desarrollarse empezando con una sociedad básica hasta convertirse en una completa. Para Auguste el Estadio Teológico –en el que la religiosidad es la mayor insignia- es la primera etapa, posteriormente la sociedad debe evolucionar en un Estadio Metafísico – Estadio en el que la abstracción y la filosofía son estandarte- en este último apreciamos una evolución de planteamientos religiosos a unos pensamientos racionales aunque para Comte aún harán falta rasgos empiristas y científicos para el desarrollo completo de la sociedad, de allí que entonces la fase final se denomine Estadio Positivo –superioridad de la ciencia-. Sin embargo, ¿se puede afirmar que este positivismo con estos mismos rasgos característicos fue el que estuvo presente en la sociedad venezolana durante los siglos XIX y XX? De ser afirmativa la respuesta, seguramente el marxismo sí habría funcionado durante los años 1900 en Rusia, esto es debido a que cada cultura adopta las distintas ideologías existentes en el mundo, durante este proceso de ‘adaptación’ se añaden y eliminan distintas características generando una versión de la doctrina. Sustentando esta idea expresada previamente expuesta el Dr. Guillermo Aveledo en sus ‘Notas sobre la trayectoria del pensamiento político en Venezuela,’ manifiesta que cada país aporta sus rasgos diferenciales a las distintas corrientes de pensamiento. No hay ningún pensamiento político que sea único a un país determinado: cada nación tiene peculiaridades, cierto, pero pertenecemos a un canon y a unas corrientes moldeadas en la historia de occidente, y así es nuestro lenguaje (democracia, república, oligarquía, libertad, igualdad, progreso...). (Aveledo, s.f.) Por ende cuando se habla de la corriente positivista en Venezuela se debe hablar propiamente de un ‘Positivismo Venezolano’, el mismo tuvo su origen durante los años 60 del siglo XIX. Sin embargo, su verdadero inicio debería referirse a la década siguiente, que es cuando Guzmán Blanco toma el poder en Venezuela. En esta etapa del desarrollo histórico venezolano se puede apreciar de mejor manera la corriente positivista debido a que a sus ideas proyectadas hacia un mayor desarrollo tecnológico, buscando establecer un Estado que venía de una continua serie de batallas y guerras civiles. Durante el gobierno guzmancista en las universidades se comienza el movimiento positivista iniciado en años posteriores por Rafael Villavicencio, quien mediante Comte, estaba promoviendo el positivismo en Venezuela. Sebastián Peláez Freites
Lic. Estudios Liberales @PelaezFreites |
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Septiembre 2020
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