Se están produciendo grandes cambios en la forma de los Estados como consecuencia del fenómeno de la globalización generando procesos que consecutivamente han dado paso a nuevos actores económicos, políticos e institucionales y con ello a nuevos retos, especialmente desde el ámbito local el cual se ha visto amenazado gracias a la acción de los mismos y al desconocimiento de las autoridades para trabajar en la inclusión de estos nuevos actores.
Paralelo a la modificación morfológica de los Estados surge una nueva interpretación de las ciudades, las cuales adquieren dinamismo e importancia dentro del ámbito económico de los países. Además de ello, frente a las grandes ciudades han surgido un conjunto de ciudades medias debido a los movimientos migratorios, que ofrecen a las primeras un gran potencial en diversas áreas.
La planificación estratégica y gestión participativa de ciudades es la respuesta a los cambios que demanda la nueva realidad respecto a: población, organización de la misma, vivienda, servicios básicos entre otros aspectos característicos a las ciudades en donde el protagonista es el ciudadano en pertenencia con la ciudad. Ya que como mencioné en mi artículo anterior cuando hablamos de ciudad hablamos de sociedad. A su vez, la planificación estratégica ofrece a las autoridades locales la solución frente a los nuevos actores que se han incluido en la dinámica política, social y económica desarrollando una dinámica de inclusión en donde las autoridades juegan un papel importante como árbitros entre la sociedad y estas nuevas organizaciones. Toda esta dinámica parte de los valores democráticos de la participación ciudadana instruyendo a la misma respecto a sus derechos y deberes en el ámbito público y enseñándole los procedimientos para su inclusión e interacción dentro de la administración pública fortaleciendo la gobernabilidad y generando satisfacción ciudadana y desarrollo sostenible. La planificación estratégica brinda un conjunto de herramientas a los gobiernos locales para la nueva estructuración de los espacios y la sociedad y representa un reto en sí misma poseyendo herramientas que impulsan a las autoridades a implementar nuevas soluciones ante nuevos problemas, dejando de lado el estancamiento y la interpretación del ciudadano como cliente, dando paso al ciudadano activo y en plena correspondencia con su entorno que entiende su rol dentro del territorio en el cual se desenvuelve diariamente y las responsabilidades que el mismo demanda. Existen actualmente diversas experiencias en planificación estratégica en la cual se ha innovado e la imagen de importantes ciudades brindando al ciudadano una nueva forma de concebir su vida y de hacer ciudad. Entre los países con marcas de ciudad innovadoras y con resultados exitosos se encuentran: España o Reino de España con Zaragoza como la ciudad de agua para mencionar una entre muchas e Italia o República italiana que posee un conjunto de pequeñas ciudades impulsando el movimiento citta slow en inglés slow cities. Pero el contexto latinoamericano también adquiere gran importancia frente a dicho fenómeno en donde 80% de la población vive en asentamientos urbanos según el informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en castellano, HABITAT 2012. La planificación estratégica de ciudades nos permite corregir el crecimiento insostenible desarrollado por años para mejorar las condiciones de vida de la población: ciudades como Córdoba en la República Argentina o Curitiba en la República Federativa de Brasil se unen al conjunto de ciudades metrópoli que vienen despuntando e diversos ámbitos. La pregunta es ¿qué haremos nosotros como latinoamericanos por nuestras ciudades y por nuestro futuro? El compromiso es ahora.
Gabriela Canónico
Twitter: @gabriela121 |
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Septiembre 2020
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