Algo fascinante de estudiar la historia es revivir, de una u otra forma ya sea a través de una crónica periodista, un buen vídeo en Youtube o con un excelente documental, aquellos hechos que marcaron un antes y un después en esta alocada humanidad que siempre encuentra la manera de sorprendernos como personas y también, como ciudadanos del mundo. Rusia, actualmente considerada como una de las grandes potencias mundiales, posee una de las historias más controversiales de la era contemporánea, es decir, desde los finales del Siglo XIX hasta incluso finales del XX. Sobre todo por el gran aporte ideológico político, social y filosófico que, a pesar de no ser el país de origen, sí se encargaron de expandirlo por el resto del mundo –con mayor énfasis geopolítico en occidente claro está. El comunismo, aquí me salgo un poco de la objetividad y reflejo mi postura política, pero es increíble como esta corriente dividió en dos al mundo con origen en Alemania creado por Carl Marx y Friedrich Engels, para años póstumos globalizarse con la Unión Soviética iniciada por Vladimir Lenin y Joseph Stalin. Se puede catalogar como el segundo mayor genocidio de la historia de la humanidad luego claro del terrible imperio de Hitler, no obstante, estudiando un poco más la historia y adentrándose en la memoria colectiva, parecieran estar cada vez más cerca una de la otra puesto que la corriente se expandió no solo en Europa sino a Latinoamérica, principalmente a Cuba, país que desde 1959 se encargó de regar el cáncer por el resto de las naciones latinas –Uruguay, Argentina, Chile, Perú…- Un ideal con expansión política llevada a cabo en febrero de 1917 en medio de la Primera Guerra Mundial. El Imperio Ruso se encontraba en una terrible situación económica debido a la Gran Guerra y al mismo tiempo por su situación bélica anterior con la nación de Japón. Hambruna, miseria, pobreza, muerte, estas eran las palabras más frecuentadas durante dicha miserable época. Un nuevo orden interno se alza contra la Dinastía Romanov con Nicolás II a la cabeza, quienes gobernaron por más de 300 años, la familia real fue masacrada tumbando así el absolutismo. Un grupo se hizo con el poder instaurando un gobierno provisional. Las clases sociales eran bien marcadas, prácticamente no existía clase media, solo la nobleza y el pueblo obrero y campesino. Más de un centenar de personas fallecieron para lograr esta nueva etapa. Vladimir Lenin entra nuevamente a su nación luego del exilio político, ante esto, aprovechó de crear el Partido Bolchevique, promoviendo las ideas de Carl Marx sobre un gobierno comunista socialista y establecer la Dictadura del Proletariado. Las bases del ideal de izquierda comenzó a establecerse en el consciente e inconsciente de la sociedad obrera, el pueblo hambriento y necesitado de un cambio, la crisis económica no mejoraba. En octubre los soviets tomaron el poder permitiendo a Lenin establecer el sistema comunista. Esto, desatando luego una sangrienta guerra civil –principalmente en la ciudad de Petrogrado, hoy San Petesburgo-, solo conllevó a que la dictadura tomara mucho más fuerza sometiendo a torturas y campos de concentración a todos los opositores del régimen leninista. El terror rojo apenas había comenzado. En 1922 nace la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS, Unión Soviética). La hambruna mató a más de cinco millones de personas. Pese a la muerte de Lenin en 1924, muchos creían que todo había llegado a su fin, lastimosamente, un cercano, Joseph Stalin, contra todo pronóstico se alzó para apoderarse de todo creando un brutal totalitarismo que luego desembocó en enormes terrores que reprimieron a occidente hasta la actualidad. Por: Jesús Alfonso Hernández Herrera
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Abril 2021
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