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Es maravilloso el simple hecho de pensar que nos encontramos en la cúspide del avance y el auge tecnológico.
Día tras día son las innovaciones que centenares de corporaciones alrededor de todo el mundo desarrollan en pro de un bien común, un bien que apunta al crecimiento social y a la resolución de los problemas cotidianos.
Así como surgen avances para resolver inquietudes, también se realiza un enorme aporte tanto al entretenimiento como para la educación. Ahora, es en este punto donde nace la siguiente interrogante, ¿estos dos elementos pueden combinarse y trabajar en conjunto? Ciertamente cuando nos referimos a la comunidad millennials y también a la creciente generación Z (nacidos ya en este segundo milenio), hablar sobre los denominados gamers caemos indiscutiblemente en casi el ciento por ciento de todos ellos, quienes buscan como medio de recreación algún videojuego. Mucho se ha criticado hoy al sistema educativo actual, acusándolo de anticuado, retrógrado y también de atrasado en comparación al resto de los demás elementos que conforman la cultura en una sociedad determinada. Con más de 150 años sin cambio alguno, universidades y expertos en la materia de la pedagogía, comunicación, psicología y tecnología, han propuesto una modificación mediata del proceso educativo. Son ya algunos los países que se encuentran desde hace algunos años implementando nuevos recursos como el tema inédito de los videojuegos para la enseñanza en escuelas tanto públicas como privadas. China, por ejemplo, emplea computadoras con ciertas aplicaciones didácticas incorporadas que ayudan al desarrollo numérico y verbal del estudiantado. Pero ¿qué ocurren también con los videojuegos comerciales? Ciertos estudios se han realizado y con ellos se ha logrado comprobar –no en su totalidad- que aquellos usuarios que juegan formatos de acción como Call of Duty, tienden a tener mejores reflejos y a desarrollar mejor el sentido de la vista así como la rápida resolución a problemas lógicos. No obstante, no se le puede dar una total aprobación pues hacen falta mayor número de estudios que comprueben estos resultados. Lo que sí no se puede negar es el hecho de que el sistema educativo en gran parte del mundo – sobre todo en países desarrollados y en aquellos en vías de desarrollo- debe comenzar a ser actualizado con la ayuda de la tecnología y nuevas metodologías pedagógicas. No se puede avanzar hacia el futuro aplicando los mismos métodos que se aplicaron en un pasado. Las sociedades evolucionan, por lo tanto, las personas deben evolucionar a la par junto con la cultura. De una u otra manera, lo más posible es que los videojuegos sean el futuro de la educación. ¿Tú qué opinas de todo esto? ¿Crees que los videojuegos sean el futuro de la educación o más bien pueden entorpecer el proceso?
Por: Jesús Alfonso Hernández Herrera
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Septiembre 2020
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