Particularmente, en los años 40 se ve la influencia de la guerra en los trabajos de la joven Kusama tanto en los temas abordados como en el uso de los materiales, pues en esta época de escasez la artista usa la creatividad para improvisar lienzos en los costales de granos de la tienda de sus padres y hace mezclas con pintura, como mezclar la pintura común con arena, al no conseguir pinturas al óleo.
En 1957 Kusama se muda a Nueva York, donde se está desarrollando el con éxito el expresionismo abstracto. Es aquí donde conoce a artistas como Andy Warhol y Joseph Cornell y también donde su interesante trabajo es exitoso y la artista gana reconocimiento.
Esta artista de origen nipón ha experimentado con distintas expresiones artísticas, como la pintura, escultura, performance, collage e instalaciones. Lo que siempre ha predominado en sus obras, ha sido la presencia de patrones en estas.
Durante su estadía en Nueva York Kusama comienza a desarrollar lo que se conoció como las Net Paintings, las cuales se caracterizaban por ser obras de gran tamaño y de formas y texturas variados que resultaban muy estimulantes a la vista. De esta forma, la artista da a conocer una de las características más importantes de ella como artista: el constante uso del infinito como tema principal de sus obras. A esto le añadió una connotación sexual con la realización de figuras fálicas y su integración a las obras de ambiente.
Tras gozar de mucho éxito como artista en Nueva York, Yayoi Kusama regresa a su país natal en 1977, donde se desempeña entonces en la escritura de novelas y poemas. Luego de un tiempo, ingresa voluntariamente al Hospital Seiwa, una clínica psiquiátrica, donde se mantiene hasta ahora, sin dejar de hacer arte.